¡EL 25 DE NOVIEMBRE NO ES UN DÍA DE PORRISTAS!…
¡Nada que celebrar. El circuito de protección a las mujeres hizo corte!
El 25 de Noviembre por si algun@s no lo saben no se celebra nada, no es un día para mostrarse tomando tesito con galletas por la tele, para armar un show con artistas de la farándula tipo porotito verde ni para organizar mujeres con plumeros de colores como si fueran calcetineras o porristas. Tampoco este sábado 25 fue un día para hacer afirmaciones optimistas como anunció un medio que acudió a una celebración en la comuna de El Bosque.
Memoria Feminista, el Bloque Lésbico y la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres, no celebraron en el Paseo Ahumada. Denunciaron los 40 femicidios en lo que va corrido del año 2006. Visibilizaron a las mujeres asesinadas por sus parejas, ex parejas, padres, yernos. Informaron a las transeúntes que una mujer corre más peligro de ser agredida y morir a manos de su pareja que por cualquier extraño. Y que ello sucede porque la violencia de género, ¡no la Violencia Intrafamiliar!, surge del privilegio que entrega el patriarcado a los varones. Pero sobre todo porque es una conducta que el estado minimiza cuando trata a la mujer como una pieza más de una familia (no como una individua), donde hay un jefe de familia que cuando le conviene se aprovecha de la ley VIF, denunciando a su mujer como si él fuera idéntico a ella en fuerza y poder social. Y lo puede hacer porque la ley trata a todos los miembros de la familia por igual en una familia y una sociedad desigual.
Al agresor no le sale ni por curao
La Violencia habitual está tipificada como delito e igualmente el juez o jueza insiste en reconocer la irreprochable conducta anterior del agresor. Si un delincuente me agrede podría salirle caro, pero si el delincuente es mi marido o mi conviviente, entonces es enviado a terapia psicológica como si fuera un pobre enfermo depresivo. Ahora, si el tipo es más que medio pelo, va con las de ganar, (¡ni terapia!), porque a nuestro arribismo nacional, de capitán a paje, le gusta mucho eso de que alguien sea “profesional”. No aprenden nunca (ni con la escandalera actual en la alta política chilena) que da lo mismo ser profesional, cesante u obrero, chileno, indígena o extranjero, pobre o rico, de izquierda o de derecha: cualquiera puede ser un agresor y llegar a ser un femicida.
La ley VIF es una ley que huele a ley política, a pura imagen. Para que se queden tranquilas de una vez estas mujeres molestas. Su asignación de fondos, si la tiene, no se ve por ningún lado. Lo que sí se ve es que el circuito de protección hizo corto circuito.
En las fiscalías las denuncias de amenazas de muerte a mujeres por sus ex, hacen nata, no alcanzan los funcionarios para atenderlas y generalmente se desestiman porque no hay cómo probarlas, o lo que es lo mismo, no ubican a los agresores. Nunca encuentran su domicilio. No los buscan en el trabajo ni lo atrapan en la calle. Cuando hay lesiones, leves, menos leves, las medidas precautorias se demoran 2 ó más días en llegar a las comisarías, trecho en el que puede presentarse el agresor y matar.
Aunque creíamos, ingenuamente, que ahora iba a ser todo integral como decían. Que la jueza o juez iba a tomar la causa por VIF y anexar pensión alimenticia y divorcio, no fue así. Denunciantes que tienen juicios de VIF en el 2º Juzgado de San Miguel por ejemplo, deben hacer aparte los trámites de divorcio.
Junio 2006. Sabe qué señora, le recomienda en la ventanilla del 1º Juzgado de Familia, un funcionario buena onda a Cristina de El Bosque, mejor búsquese un abogado y la cosa le va a salir altiro…
La misma Cristina había esperado 7 horas por una medida precautoria días atrás, una funcionaria le pedía paciencia y la jueza cuando salía de la sala llevaba una cara tan extenuada que nadie se atrevía, no por su cargo, sino por solidaridad, a exigirle nada. Y en realidad no la vimos salir más que dos veces al baño, en unas 6 horas. Mientras Cristina esperó la orden de alejamiento, el ex marido agredió a su hija mayor.
Marzo 2006. Eran cerca de las 14 horas y Marcela llegó a un comparendo con sus dos hijos pequeños, su ex marido también y comenzó a agredirla en los mismos pasillos del 2º juzgado de San Miguel. Los niños lloraban. Pasaba por ahí una funcionaria del 1º juzgado (abajo del 2º) y dice que sintió un llamado de buena samaritana: había un tremendo show, explicó, y por eso me metí (no tenía arte ni parte, no sabía la historia anterior). Y fue salomónica, creía que la estaba haciendo de oro: ¡Ya se me callan todos! ¡La señora se lleva a la niñita y el caballero al niñito! Marcela, vio a una autoridad dándole una orden y acató. Ella todavía no recupera a su niño que está sufriendo escuchar cada día de boca de su padre, que su madre es una maraca.
Mucho curso de género, pero…
También pensábamos que con tanto curso de género a l@s carabiner@s, la cosa iba a ser distinta, que ahora, las encargadas de VIF iban a estar entregadas al cargo y que cuando una mujer llegara a denunciar iba a ser tratada con honesto respeto. Pero no. La encargada de VIF de la 39º Comisaría de El Bosque por ejemplo, tiene que hacerse cargo también de presunta desgracia, un problema que la absorbe y no la deja estar disponible para atender a las mujeres.
En la comisaría de La Bandera por otra parte nos muestran unas decenas de medidas de protección que descansan aprisionadas con un alfiler en una pizarra, y que tampoco se alcanzan a cumplir. Un carabinero declara abiertamente que le parece que no debe ser tan urgente si después de todo la señora vuelve con el marido… No entiende entonces, para qué tanta campaña.
Mayo 2006. Daniela venía arrastrando una maleta y sangrando, con sus dos hijos pequeños de atrás, encontró a dos carabineros de La Bandera en la calle, y les dijo que quería denunciar a su marido. Ellos le preguntaron si era casada o no? No, contestó ella. Entonces sin ningún pudor, ni rastros de compasión, le respondieron: Vuélvase pa’ su casa mejor señora, porque tiene que ser casada.
Septiembre 2006. Marta, escuchó sin salir de su asombro que uno de los carabineros que la resguarda con sus rondas diarias le dijo que estaba bien rica. Si hubiera sido en otro momento de su vida no le hubiera importado mucho, pero vulnerada y en riesgo de vida por la agresión de un hombre, la humilló profundamente ese comentario de otro que debía protegerla.
Noviembre 2006. Juana va dos veces a la semana a la 39º comisaría de El Bosque a entregar y a recibir a su hijo pequeño, de su ex marido. Ha sido blanco de agresiones verbales del hombre en plena comisaría, con carabineros, varones, de testigos, que no han hecho nada por defenderla ni por callar al agresor.
Justamente en la 39º comisaría de El Bosque, nos confiesan en Ordenes Judiciales, que tienen 40 medidas precautorias por funcionario. Es decir, 40 mujeres a las que cada funcionario debe hacer rondas diarias, una a dos veces.
Pareciera que así como a Pinochet lo tenían hasta la coronilla los desaparecidos, las mujeres hemos hecho perder la paciencia al circuito de protección, y como consecuencia, tantas están perdiendo la vida en la práctica y muchas otras viviendo una pésima vida de puros sobresaltos.
¡Nada que celebrar con plumeros, señores y señoras, ni en El Bosque, ni en San Ramón, ni en ninguna otra comuna populosa de Chile! No se trata del día de la madre, del día de los enamorados, ni de la Teletón. Se trata de la vida (y de una vida digna) o la muerte de las mujeres.
Y ¡a propósito!, para su información, el 25 de noviembre se conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa en República Dominicana en 1960. Tres mujeres que se opusieron a la tiranía política y al acoso sexual del dictador Trujillo. Día que fue establecido no por ningún gobierno o Ministerio de la Mujer, sino por el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe el año 1981.
Victoria Aldunate Morales
Coordinadora de “ACOGIDA” Casa de Primera Acogida a Mujeres, IELCH/PPM
26 de noviembre de 2006
¡Nada que celebrar. El circuito de protección a las mujeres hizo corte!
El 25 de Noviembre por si algun@s no lo saben no se celebra nada, no es un día para mostrarse tomando tesito con galletas por la tele, para armar un show con artistas de la farándula tipo porotito verde ni para organizar mujeres con plumeros de colores como si fueran calcetineras o porristas. Tampoco este sábado 25 fue un día para hacer afirmaciones optimistas como anunció un medio que acudió a una celebración en la comuna de El Bosque.
Memoria Feminista, el Bloque Lésbico y la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres, no celebraron en el Paseo Ahumada. Denunciaron los 40 femicidios en lo que va corrido del año 2006. Visibilizaron a las mujeres asesinadas por sus parejas, ex parejas, padres, yernos. Informaron a las transeúntes que una mujer corre más peligro de ser agredida y morir a manos de su pareja que por cualquier extraño. Y que ello sucede porque la violencia de género, ¡no la Violencia Intrafamiliar!, surge del privilegio que entrega el patriarcado a los varones. Pero sobre todo porque es una conducta que el estado minimiza cuando trata a la mujer como una pieza más de una familia (no como una individua), donde hay un jefe de familia que cuando le conviene se aprovecha de la ley VIF, denunciando a su mujer como si él fuera idéntico a ella en fuerza y poder social. Y lo puede hacer porque la ley trata a todos los miembros de la familia por igual en una familia y una sociedad desigual.
Al agresor no le sale ni por curao
La Violencia habitual está tipificada como delito e igualmente el juez o jueza insiste en reconocer la irreprochable conducta anterior del agresor. Si un delincuente me agrede podría salirle caro, pero si el delincuente es mi marido o mi conviviente, entonces es enviado a terapia psicológica como si fuera un pobre enfermo depresivo. Ahora, si el tipo es más que medio pelo, va con las de ganar, (¡ni terapia!), porque a nuestro arribismo nacional, de capitán a paje, le gusta mucho eso de que alguien sea “profesional”. No aprenden nunca (ni con la escandalera actual en la alta política chilena) que da lo mismo ser profesional, cesante u obrero, chileno, indígena o extranjero, pobre o rico, de izquierda o de derecha: cualquiera puede ser un agresor y llegar a ser un femicida.
La ley VIF es una ley que huele a ley política, a pura imagen. Para que se queden tranquilas de una vez estas mujeres molestas. Su asignación de fondos, si la tiene, no se ve por ningún lado. Lo que sí se ve es que el circuito de protección hizo corto circuito.
En las fiscalías las denuncias de amenazas de muerte a mujeres por sus ex, hacen nata, no alcanzan los funcionarios para atenderlas y generalmente se desestiman porque no hay cómo probarlas, o lo que es lo mismo, no ubican a los agresores. Nunca encuentran su domicilio. No los buscan en el trabajo ni lo atrapan en la calle. Cuando hay lesiones, leves, menos leves, las medidas precautorias se demoran 2 ó más días en llegar a las comisarías, trecho en el que puede presentarse el agresor y matar.
Aunque creíamos, ingenuamente, que ahora iba a ser todo integral como decían. Que la jueza o juez iba a tomar la causa por VIF y anexar pensión alimenticia y divorcio, no fue así. Denunciantes que tienen juicios de VIF en el 2º Juzgado de San Miguel por ejemplo, deben hacer aparte los trámites de divorcio.
Junio 2006. Sabe qué señora, le recomienda en la ventanilla del 1º Juzgado de Familia, un funcionario buena onda a Cristina de El Bosque, mejor búsquese un abogado y la cosa le va a salir altiro…
La misma Cristina había esperado 7 horas por una medida precautoria días atrás, una funcionaria le pedía paciencia y la jueza cuando salía de la sala llevaba una cara tan extenuada que nadie se atrevía, no por su cargo, sino por solidaridad, a exigirle nada. Y en realidad no la vimos salir más que dos veces al baño, en unas 6 horas. Mientras Cristina esperó la orden de alejamiento, el ex marido agredió a su hija mayor.
Marzo 2006. Eran cerca de las 14 horas y Marcela llegó a un comparendo con sus dos hijos pequeños, su ex marido también y comenzó a agredirla en los mismos pasillos del 2º juzgado de San Miguel. Los niños lloraban. Pasaba por ahí una funcionaria del 1º juzgado (abajo del 2º) y dice que sintió un llamado de buena samaritana: había un tremendo show, explicó, y por eso me metí (no tenía arte ni parte, no sabía la historia anterior). Y fue salomónica, creía que la estaba haciendo de oro: ¡Ya se me callan todos! ¡La señora se lleva a la niñita y el caballero al niñito! Marcela, vio a una autoridad dándole una orden y acató. Ella todavía no recupera a su niño que está sufriendo escuchar cada día de boca de su padre, que su madre es una maraca.
Mucho curso de género, pero…
También pensábamos que con tanto curso de género a l@s carabiner@s, la cosa iba a ser distinta, que ahora, las encargadas de VIF iban a estar entregadas al cargo y que cuando una mujer llegara a denunciar iba a ser tratada con honesto respeto. Pero no. La encargada de VIF de la 39º Comisaría de El Bosque por ejemplo, tiene que hacerse cargo también de presunta desgracia, un problema que la absorbe y no la deja estar disponible para atender a las mujeres.
En la comisaría de La Bandera por otra parte nos muestran unas decenas de medidas de protección que descansan aprisionadas con un alfiler en una pizarra, y que tampoco se alcanzan a cumplir. Un carabinero declara abiertamente que le parece que no debe ser tan urgente si después de todo la señora vuelve con el marido… No entiende entonces, para qué tanta campaña.
Mayo 2006. Daniela venía arrastrando una maleta y sangrando, con sus dos hijos pequeños de atrás, encontró a dos carabineros de La Bandera en la calle, y les dijo que quería denunciar a su marido. Ellos le preguntaron si era casada o no? No, contestó ella. Entonces sin ningún pudor, ni rastros de compasión, le respondieron: Vuélvase pa’ su casa mejor señora, porque tiene que ser casada.
Septiembre 2006. Marta, escuchó sin salir de su asombro que uno de los carabineros que la resguarda con sus rondas diarias le dijo que estaba bien rica. Si hubiera sido en otro momento de su vida no le hubiera importado mucho, pero vulnerada y en riesgo de vida por la agresión de un hombre, la humilló profundamente ese comentario de otro que debía protegerla.
Noviembre 2006. Juana va dos veces a la semana a la 39º comisaría de El Bosque a entregar y a recibir a su hijo pequeño, de su ex marido. Ha sido blanco de agresiones verbales del hombre en plena comisaría, con carabineros, varones, de testigos, que no han hecho nada por defenderla ni por callar al agresor.
Justamente en la 39º comisaría de El Bosque, nos confiesan en Ordenes Judiciales, que tienen 40 medidas precautorias por funcionario. Es decir, 40 mujeres a las que cada funcionario debe hacer rondas diarias, una a dos veces.
Pareciera que así como a Pinochet lo tenían hasta la coronilla los desaparecidos, las mujeres hemos hecho perder la paciencia al circuito de protección, y como consecuencia, tantas están perdiendo la vida en la práctica y muchas otras viviendo una pésima vida de puros sobresaltos.
¡Nada que celebrar con plumeros, señores y señoras, ni en El Bosque, ni en San Ramón, ni en ninguna otra comuna populosa de Chile! No se trata del día de la madre, del día de los enamorados, ni de la Teletón. Se trata de la vida (y de una vida digna) o la muerte de las mujeres.
Y ¡a propósito!, para su información, el 25 de noviembre se conmemora el asesinato de las hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa en República Dominicana en 1960. Tres mujeres que se opusieron a la tiranía política y al acoso sexual del dictador Trujillo. Día que fue establecido no por ningún gobierno o Ministerio de la Mujer, sino por el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe el año 1981.
Victoria Aldunate Morales
Coordinadora de “ACOGIDA” Casa de Primera Acogida a Mujeres, IELCH/PPM
26 de noviembre de 2006
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