Desde Enero del 2007, se inició la cuenta anual de femicidios en nuestro país. Tristemente hasta esta fecha, son 48. Ya sobrepasamos la cantidad de femicidios del 2006 que fueron 46 (sólo se cuentan los crímenes que han tenido alguna connotación pública, ya que existe la cifra negra de suicidios, y homicidios a prostitutas y homosexuales que no esta incluida).
Todo el mundo rasga vestiduras y habla del tema. Hablan los políticos que se han acordado de las mujeres solamente en los tecitos y regalándoles tortitas a los centros de madres, para que ellas voten en las elecciones por estos caballeros tan educaditos, que nunca, de verdad, se han interesado en sus verdaderas problemáticas y dolores. En las Iglesias, sacerdotes y pastores dejan a las mujeres sufrir la violencia en el mas frío y desamparado silencio cómplice de quienes no quieren que se sepa que los feligreces o Hermanos viven su mensaje de amor de la puerta de la casa para afuera, porque en sus hogares son Delincuentes (LEY VIF). En los colegios los profesores, directores, y responsables estudiantiles hacen la vista gorda del maltrato que viven sus alumn@s, y abandonando su deber, no hacen las denuncias pertinentes convirtiéndose así en cómplices de violaciones a los derechos humanos de sus alumn@s.
Y sí, la Violencia Contra las Mujeres es Violación de sus Derechos como Humanas, y el Femicidio es la expresión máxima de esta violencia porque termina con la vida, las expectativas, las ideas de crecer y conocer un mejor y mas digno destino, de las mujeres asesinadas.
NO hablamos de Violencia Intrafamiliar (VIF)...
En la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (OEA, 1994) que se llevó a cabo en Belém Do Pará, Brasil, se reconoce que la Violencia Contra las Mujeres se sustenta en patrones culturales de dominación:
“La violencia contra la mujer es una ofensa contra la dignidad humana y una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres” (preámbulo).
“Toda mujer tiene derecho a una vida libre de violencia, tanto en el ámbito público como en el privado” (art 3º).
Las resoluciones tomadas en esta Conferencia se convirtieron en un instrumento Interamericano específico de protección a las mujeres frente a la violencia:
•Adoptada por la OEA en junio de 1994 en la ciudad de Belém Do Pará (Brasil)
•Suscrita por el Gobierno de Chile en 1994 y ratificada por el Congreso Nacional en 1998
•Publicada como LEY Diario Oficial 11.11.98
•Carácter obligatorio Convención en Chile: Es deber de los órganos del Estado actuar conforme a sus disposiciones
•Supera tradicional división público / privado (concepción que permitía a los estados no “intervenir” esfera privada, considerada al margen protección que brindan DDHH)
•Reconocimiento violencia contra la mujer como violación DDHH, tanto si es cometida en espacio público como privado
Violencia que puede tener lugar:
En la comunidad, perpetrada por cualquier persona.
En cualquier lugar, perpetrada o tolerada por el Estado.
En conclusión si Chile como Estado se suscribió a esta convención y los dictámenes de ésta son obligatorios, déjenme decirles que el Estado de Chile nos ha mentido descaradamente porque en su ventilada y sin recursos "Ley de Violencia" desconoce la Violencia Contra la Mujer disfrazándola con el eufemismo de "VIF", quedando oculta la real problemática que tiene nuestro país, que es el doble estandar y la violencia que viene desde las más altas esferas estatales hacia los más débiles y vulnerables.
Los crímenes cometidos contra adolescentes por sus pololos, contra las prostitutas y travestis por el cliente, contra las jovencitas y las mujeres y niñas en general, serán vistos como simples homicidios y nadie se hará cargo (salvo nosotras) del verdadero flagelo de la ceguera social en la que vivimos: las mínimas condenas, los juicios lentos, el trato discriminatorio y revictímizante a las mujeres, y la falta de solidaridad y compromiso social.
¡Seguiremos denunciando molestando y poniendo la espina en el zapato de quienes no quieren, aunque tienen la obligación, de responder a las justas demandas de las mujeres!
Rosa Escobar
Equipo ACOGIDA
