27/10/07

NO MÁS FEMICIDIOS!


CONMEMORAMOS LA VIDA

Porque no queremos la muerte de las mujeres
porque ellas vivieron
creyeron, pensaron, hablaron...

Trabajaron, crearon, mantuvieron a sus hijos e hijas

Porque ellas sabían...



Porque no son martíres
ni heroínas
sólo mujeres
nada más y nada menos, que mujeres
que quisieron vivir.

Porque ellas parieron
o se negaron
Porque ellas se quedaron
o abandonaron
Porque aceptaron
o se rebelaron...

Porque ellas amaron
hicieron el amor
sintieron, desearon, quisieron...
...incluso a quién nunca las amó

Porque tuvieron sueños
proyectos, ganas de hacer y de SER...
Entonces, se rebelaron

Justamente porque quisieron SER.
Y justo en ese momento, fueron asesinadas...

¡NO MÁS FEMICIDIOS!
Es lo que decimos cada día
en la Casa, en la calle y en los muros de la ciudad.

Casa

22/10/07

ANGELINA: MUJER HERMOSA


Es una hermosa mujer la que baila. Entre sensual y graciosa, mueve sus caderas y todo su cuerpo frente al teléfono celular de su hija. En los recuerdos de una de las jóvenes hijas de Angelina, se la ve casi siempre riendo desde sus ojos oscuros y bellos. Su imagen y vida quedan congeladas en los 45 años…

“Un día fuimos a la Iglesia y mi abuelita, su mamá, le hizo la señal de la cruz con agua bendita sobre la frente, ella entonces tocó el agua y la esparció por su cara y cuello, sonriendo”. Para sus hijas, “ella se tomaba la vida simplemente, y con alegría”… “Oía música romántica y amaba bailar”.

Los hilos de sus máquinas de coser están a medio enhebrar. El cuarto de costuras se ve más bien abandonado sin ella… “Cuando éramos chicas, nos hacía toda la ropa… y hasta hace poco también”. “Mi mamá me contó que cuando mis hermanas mayores eran chicas como yo ahora, ella tenía que hacerles la misma ropa porque una siempre encontraba que la ropa de la otra estaba mejor, más linda, entonces ella a las dos les decía que el vestidito de ella era más especial, aunque se pareciera al otro…”. “Se reía con nosotras siempre, bromeaba mucho”.

Su hija mayor quiere aprender a coser, para, tal vez, seguir la huella de su madre, buscando entenderla y recuperar el tiempo materno que hoy le está faltando, a través de las texturas y colores de Angelina.

Angelina tuvo cuatro hijos, 3 niñas, de 11, 21 y 24 años actualmente, y su adolescente de 19, que hoy no acepta conversar demasiado con nadie más que con sus amigos del barrio. Ella también cuidó durante sus 5 primeros años a su nieto (ahora de 8 años). “Lo cuidó como a hijo propio”, confiesa su hija. Angelina, madre apoyadora, estuvo ahí: “presente, trabajadora y esforzada, cuando yo, que era aún adolescente, la necesité para sacar una carrera habiendo sido madre tan joven”.

Ahora, sus hijas grandes cuidan a los pequeños todo lo bien que pueden. Están preocupadas de las comidas a las horas, de llevar a la pequeña a la psicóloga, de conversar con ella, de que vaya a clases, darle el beso de buenas noches, y que sienta que ahora tiene dos madres… Las muchachas están ocupadas en rellenar el espacio vacío en los corazones de sus hermanos menores y puede que por ello, dejen poco espacio a las lágrimas propias.
Cecilia y Jessica, las jóvenes hijas de Angelina, sienten que deben cubrir como puedan los espacios en el mundo que dejó Angelina, mientras los niños crecen.
Hace unas semanas, cuando ellas no tuvieron fiestas patrias ni nada porque ya cuesta oír música en esa casa sin Angelina, una decidió comenzar a pintar la casa “para que cambie un poco y se vea mejor, más alegre y ordenada”. La otra no ha dejado de buscar trabajo, congeló los estudios y se apronta a pagar cuentas. Aquellas que cubrió por años Angelina con el fruto de su trabajo, porque siempre trabajó para mantener a sus hijas e hijos.

FEMICIDIO
El 20 de marzo Angelina fue asesinada en la madrugada, por el femicida HÉCTOR ORELLANA ROLDÁN, de 51 años, preso actualmente y acusado por parricidio y desacato. El asesino, padre además de los 4 hijos que dejó huérfanos, tenía prohibición de entrar a la casa pues Angelina no vivió la violencia sólo como víctima, ella denunció e hizo todo lo necesario… O todo lo que se dice desde el Estado y los medios de comunicación que hay que hacer para salvarse de los agresores (¿¿¡¡). El 19, un día antes, Carabineros de San Ramón, lo había desalojado de la casa y lo habían conminado a entregar las armas que tuviera. Igualmente no registraron la casa, sino que esperaron del agresor una acción que no cumplió. Los engañó y sólo entregó un arma en desuso. En cambio, la que descargó los balazos homicidas contra la mujer que bailaba al inicio de este artículo, Angelina, la dejó escondida, para volver como el criminal que es, en la madrugada a mostrar su poder. Para las hijas de Angelina: “su irracional machismo”, lo dicen con dolor y rabia y es que ellas no quieren que Nunca Más, “un hombre piense que puede actuar así con una mujer”.

Angelina, una mujer hermosa, en la plenitud de su vida, capaz de amar profundamente a sus hijas e hijos, e incluso a los hombres que no la merecieron jamás, agradecía a la vida cuando bailaba, cuando trabajaba, cuando reía ruidosa, cuando bromeaba, cuando compartía con todo aquel que tenía la suerte de conocerla, “desde el casero de la feria hasta sus más fieles amigas”. Así la quieren recordar sus hijas, pero ella ya no ocupa su lugar en el mundo porque el femicida le quitó la vida.


Angelina, tenía amores y sueños. ¡JUSTICIA PARA ELLA!

V.A.